Una de las preguntas más frecuentes que me hacen en este blog es: ¿cómo ayudar a otra persona a cambiar? Normalmente se trata de gente que quiere que su pareja les preste más atención, que deje de beber o que les apoye más, que sus hijos se comporten mejor, que los padres dejen de ser tan manipuladores… en fin, la lista es inmensa.
No mentiré: hacer que otra persona cambie es complicado, sobre todo si esta no quiere cambiar y no es consciente de su problema. En ese caso, la otra pregunta es: ¿cómo convencer a alguien de que debe cambiar?
Primero, veamos algunos detalles fundamentales que debemos tener en cuenta cuando hablamos de cambiar a otra persona:
– La apertura al cambio. Se trata de una cuestión tan obvia como subvalorada. Las personas suelen ponerse a la defensiva cuando alguien les incita a cambiar, es lógico porque casi todos preferimos quedarnos en nuestra zona de confort, en ese espacio de seguridad en el cual podemos (o creemos que podemos) controlarlo todo (o casi todo).
Esa persona que pretendes cambiar probablemente ha pasado años comportándose de esa manera por lo que será resistente al cambio, a menos que sea consciente de que este es necesario e imprescindible. Por tanto, te acabo de dar la primera pista para hacer que alguien cambie: debes hacerle comprender que el cambio es necesario y que este le reportará beneficios. A la misma vez, también debes hacerle sentir seguro y brindarle tu apoyo.
– No juzgues. Uno de los principales errores que cometen las personas que quieren cambiar a otros es querer imponer sus razones con argumentos lógicos, muchas veces marcados por un juicio crítico. No obstante, los psicólogos sabemos que uno de los secretos para que la terapia sea exitosa y se construya una relación de confianza es no juzgar. ¿Por qué? Simplemente porque cuando una persona percibe que está siendo juzgada no se siente cómoda y, por tanto, se pondrá a la defensiva. Con esta actitud, es muy difícil entablar una conversación provechosa y hacerla razonar.
Además, cuando existe un problema, probablemente el otro también lo conoce pero se niega a aceptarlo emocionalmente. Por tanto, los argumentos lógicos casi nunca son de gran ayuda. En vez de ello, debes apelar a razones de índole emocional pero cuidando siempre de adoptar una actitud comprensiva y no crítica.
– Aumenta su autoconciencia. A veces las personas se comportan de determinada manera simplemente porque están acostumbradas a hacerlo así, existe algún factor que desencadena su respuesta. Por eso, tu papel será el de ayudarle a descubrir y anticipar cuáles son los factores que incitan el comportamiento que deseas cambiar.
Esta estrategia es útil porque así la persona tomará conciencia de su comportamiento pero de una forma indirecta porque no se verá afectado su “yo”. Es decir, no estás atacando su persona sino que estás hablando de factores que inciden sobre la manera en la que se desenvuelve. Existe una diferencia abismal entre ambos conceptos y en muchas ocasiones esta es la clave para el cambio real.
– Comprométete. Cuando queremos cambiar a una persona, es porque esta nos importa, porque tenemos algún tipo de relación con ella. Por tanto, comprometernos con el cambio es esencial. Por ejemplo, hay muchas personas que le recriminan a sus parejas sus comportamientos negativos y después les dan un ultimatum: “¡Cambias o terminamos!”. De esta manera, le tiramos la “patata caliente” al otro, nos “lavamos las manos” y le dejamos abandonado a su suerte.
 Con esta actitud nos erigimos como simples jueces pero lo que la otra persona necesita es alguien que le ayude a cambiar. Por tanto, debe sentir que también nosotros nos comprometemos a recorrer a su lado el camino del cambio que está a punto de emprender.

Escrito por Jennifer. Temática:  

http://www.rinconpsicologia.com/2013/07/como-ayudar-las-otras-personas-cambiar.html